Materiales y documentos para el estudio de la catequesis

Archivo para marzo, 2012

CEA, Orientaciones pastorales para el trienio 2012 – 2014 La Misión Continental en el Año de la Fe , Buenos Aires, Oficina del Libro, 2012

CEA.Orientaciones pastorales para el trienio 2012 – 2014 La Misión Continental en el Año de la Fe , Buenos Aires, Oficina del Libro, 2012

orientaciones_pastorales_para_el_trienio

orientaciones-pastorales2012-2014

Orientaciones pastorales
para el trienio 2012 – 2014
La Misión Continental
en el Año de la Fe
I. Introducción
1. A los obispos de la Comisión Permanente del Episcopado Argentino se nos ha
confiado la atención pastoral constante sobre la realidad argentina, tanto general como
regional, procurando reconocer en ella los desafíos que presenta a la acción
evangelizadora.1 Es una grave responsabilidad, especialmente ante los complejos
desafíos que enfrenta hoy la misión de la Iglesia. Sin embargo, llevamos a cabo este
servicio con alegría y esperanza. Una certeza nos sostiene: es el Señor el que nos llama
y nos envía. Su Palabra es la verdad que nos ilumina. Él nos ha dicho: “Estaré siempre
con ustedes” (Mt 28,20). Por eso, como los apóstoles, también nosotros le decimos:
“Señor, confiando en tu Palabra, echaremos las redes”.
2. El Santo Padre Benedicto XVI ha convocado a toda la Iglesia a celebrar el Año
de la Fe, al cumplirse cincuenta años del inicio del Concilio Vaticano II y veinte de la
publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. Sus palabras nos han conmovido y
entusiasmado. La fe en Jesucristo es el bien más precioso de la Iglesia. Ella misma
existe por la fe y para transmitir la fe. Existe para evangelizar, anunciando a Jesucristo
como Señor y Salvador, Amigo y Redentor de los hombres.
Por otra parte, hemos visto con alegría que esta iniciativa del Papa confirma el
camino que venimos transitando como Iglesia peregrina en Argentina, y cuyos hitos
principales son: Navega mar adentro, Aparecida y la Misión continental. El Año de la Fe es así
un renovado impulso a la nueva evangelización.
3. La finalidad de estas líneas es ofrecer algunas propuestas evangelizadoras que
ayuden a integrar y asimilar el impulso del Año de la Fe en el camino pastoral que
venimos recorriendo, teniendo también a la vista el desarrollo de la Misión Continental
en los próximos años. Confiamos que sean de utilidad para los Planes pastorales de
nuestras Diócesis.
4. Ante todo, queremos ofrecer el testimonio de nuestra propia fe. Los obispos
somos hombres de fe. Compartimos con todos la feliz experiencia de haber sido
alcanzados por el Señor en el camino de nuestra vida. Hemos conocido el amor que
Dios nos tiene y hemos creído en Él. Somos discípulos de Jesús, agraciados por el don
de su amistad. Lo decimos con sencillez de corazón: amamos a Jesucristo que nos
amó primero y entregó su vida por nosotros. Este es nuestro gozo más grande. El
encuentro con Cristo marcó, para siempre, nuestra existencia.
La fe que profesamos es la fe de la Iglesia católica. Si cada uno de nosotros
puede decir “creo en Jesucristo”, es porque formamos parte del Pueblo de Dios que
canta las maravillas del Señor y que, cada domingo, renueva la fe recibida de los
1 Cfr. Estatuto CEA, Art 20.
Apóstoles. Nuestro Amén a Jesucristo está sostenido por el “creemos” de toda la
Iglesia.
Somos hijos de esta Iglesia santa, pero también necesitada de purificación.
Reconocemos que las incoherencias y pecados de sus mismos pastores y miembros
han provocado desilusión en muchos creyentes y un debilitamiento en su fe.
Renovando nuestro compromiso de conversión al Señor, único Salvador del mundo,2
rogamos por la fe de nuestro pueblo que queremos sostener, acompañar y hacer
crecer.
5. Los obispos somos creyentes llamados a servir la fe de nuestros hermanos. Al
igual que los presbíteros y diáconos, y junto con ellos, buscamos cuidar y acompañar
la fe del Pueblo de Dios, cuyo testimonio nos enriquece. Esta es la misión que hemos
recibido. Hemos sido llamados a velar sobre el rebaño de Cristo por la predicación del
Evangelio, la celebración de los Misterios y el ejercicio de la caridad pastoral.
La convocatoria del Santo Padre al Año de la Fe nos ha posibilitado mirar, con
ojos nuevos, la misión que nos ha sido confiada. Nos sentimos llamados a custodiar y
a transmitir el don precioso de la fe de la Iglesia, siempre nuevo y lleno de vida. La fe
no pasa de moda, porque trae a Dios al corazón del hombre. Las orientaciones que a
continuación les presentamos quieren ser expresión de este servicio a la fe siempre
joven de la Iglesia, para que todos podamos vivir nuestra comunión con Jesucristo en
las actuales circunstancias de nuestra Patria.